Primera entrega: el lechero llama tres veces y se va.

Por pedido de mi amiga ingrid, he decidido cometer este deicidio de mi persona, sacrificar la privacidad de mis pensamientos y entregarlos a unos cuantos buenos amigos ociosos, tal vez también a uno que otro despistado que me detractará y cerrará este blog como si nunca lo hubiera visto. Tal vez así me obligo yo mismo a escribir más, es común que te estén pidiendo que llenes esto, yo por lo menos así se lo pido a mis amigos lo tienen..... Es curioso también que siempre todo mundo se me adelanta en estas cosas, como si tuviera a priori un resabio ontológico en todo cuanto se refiere a tecnología. En la primaria fui uno de los últimos niños en tener compact discs, en la prepa yo todavía hacía mis prácticas de biología y química a máquina (toda una chinga). Ah, claro, también fui uno de los últimos en tener coche, bueno, no en realidad, porque estropeé uno y desde entonces me fue prohibido aquello de manejar. En fin, no es algo que me importe tanto, pero me parece todo el tiempo como si viviera en otra época. arcaico, añejo, en definitiva son palabras que me van, soy un viejo joven, como fui un viejo niño. .....Ja, se fue la inspiración. Bueno, hablaré de los problemas a los que me expongo al escribir estas cosas, la gente no se da cuenta pero miento mucho, de hecho miento en nimiedades, como se va dando la conversación ,suelo agregar detalles, o un matiz que le da agilidad a todo lo que me pasa, pero que siempre es decisivo. Mi discurso imaginativo a veces me causa problemas, una vez le conté a una chica que otra amiga mía se había masturbado, y exactamente lo mismo se lo conté a la chica de la que me referí en principio sobre la otra (es un tanto complicado de poner en palabras). el caso es que un día se conocieron en una de mis fiestas de cumpleaños, habré tenido catorce años. bueno, ¿creerán que en su primera plática se hicieron tan amigas para decirse una a la otra, lalo me contó que tu.....te masturbas? Fue terrible! Yo nada más quería hacerme el gracioso, y creo que en ambas pláticas lo único que necesitaba era una pequeña anécdota sexual que causara un poco de risa. Las dos se enojaron tanto conmigo, y la paradoja fue que se volvieron muy buenas amigas. ¿Destino?
Bueno, mi temor es que eso pase con mis mejores amigos, me aterra la posibilidad de caer, que mi anécdota perfecta se venga abajo y me vuelva otro pedro y el lobo con el que nadie quiere convivir. La situación sería más o menos así: Ir yo un buen día por coyoacán o la condesa, que son los lugares en los que habito, y de pronto verlos todos en una mesa disecando todo lo que digo, viendo qué tanto de verdadero y falso hay en mí. He he....mi risa nerviosa me delata, huyo mientras me siguen con su mirada horrible. Me convierto en una bandada de cuervos.
Creo que mejor cambiaré de tema en lo sucesivo.